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Historias

Dr. Vicente Arroyo

Primer director del Centro Esther Koplowitz

«Sin Doña Esther no existiría el centro y el hospital Clínico seguiría teniendo 14 investigadores por metro cuadrado y el rendimiento científico sería muchísimo menor.»

 

¿Cuál ha sido su función dentro del CEK?

Yo he sido primer director del centro Esther Koplowitz durante 5 años, desde 2010, desde que empezó el centro.

 

¿Cómo surgió el Centro de Investigación Biomédica?

Surgió de las necesidades tremendas que tenía el hospital Clínico en relación a espacio de investigación y este hospital era el más productivo, desde un punto de vista científico, de España. Entonces, tenía muchos investigadores y sólo 1.700 metros cuadrados para investigar. Por tanto, yo estimo que debía tener entre 10-15 investigadores por metro cuadrado y necesitaba tener 1 investigador por cada 14 metros cuadrado, osea que la investigación se hacía en condiciones pésimas.

 

¿Qué ha aportado la Fundación Esther Koplowitz?

La Fundación Esther Koplowitz ha dado el dinero suficiente para construir el centro de investigación, de manera que yo, cuando la señora Esther Koplowitz decidió hacer la donación y nos preguntó cuánto costaba el centro y nosotros lo consultamos con la dirección del hospital y la dirección del hospital hizo una estimación de 16 millones de euros y ésa fue la donación.

Luego, en el transcurso de la elaboración del proyecto, las cosas se complicaron, el Ayuntamiento tuvo interés de que se hiciera un jardín detrás de donde está la Fundación y esto lo tenía que construir la Fundación Esther Koplowitz del hospital Clínico y el hospital Clínico. Por este motivo, hubo que expropiar algunos terrenos, hubo que construir el jardín y, aprovechando este hecho, en vez de construir un solo sótano de 1.000 metros cuadrados que es prácticamente la planta del Centro Esther Koplowitz, se aprovechó y se construyó un sótano de 2.500 metros cuadrados en 3 plantas. Las dos últimas se dedican al parking, que está alquilado para financiar los gastos del centro de investigación.

 

¿Cómo valora la contribución de doña Esther?

Sin doña Esther no existiría el centro y el hospital Clínico seguiría teniendo 14 investigadores por metro cuadrado y el rendimiento científico sería muchísimo menor. Yo creo que el hospital Clínico dejaría de ser competitivo en relación a otros hospitales europeos.

 

¿Cómo es el CEK? ¿qué le hace diferente?

El edificio del CEK es un edificio magníficamente diseñado de manera que todo el mundo que viene a verlo se queda maravillado. Desde el punto de vista arquitectónico, el centro es moderno, usa las tecnologías más modernas, todos los investigadores investigan con luz natural y tiene cantidad de espacio para servicios comunes en cada planta de investigación y el sótano 1 se dedica a plataformas científicas que son grandes infraestructuras de investigación que comparten todos los investigadores del centro, otros investigadores del hospital Clínico y otros investigadores de Barcelona. Hay, por ejemplo, una unidad de genómica, otra de separación celular muy importante.

¿Cuáles son las líneas de investigación dentro del edificio?

El centro Esther Koplowitz es un centro que se llama ‘Centro orientado a la investigación de enfermedades’, es decir, que no hacemos investigación básica sino enfermedades. Las enfermedades se investigan desde el paciente, animales de experimentación, tejido, células y estructuras intracelulares. Se investiga en diferentes líneas: en cáncer hematológico, cáncer de colon, de hígado, en melanoma. También enfermedades, como la cirrosis, diabetes, obesidad, riesgo vascular de infarto de miocardio…

 

¿Por qué la actividad realizada tiene tanto impacto en la comunidad médica?

Porque es una investigación que tiene una aplicación rápida. Cuando uno hace una investigación básica, uno investiga un proceso y cuando este proceso tiene utilidad en la clínica puede pasar hasta 10 años. Sin embargo, en la investigación clínica y la investigación traslacional la aplicación o es inmediata o a los pocos años de su descubrimiento. Por tanto, tiene un gran impacto y una rápida difusión entre los médicos.

 

¿Cuáles han sido las principales investigaciones y qué beneficios han tenido las personas?

Es muy difícil decirlo porque puede haber unos 38 equipos de investigación, unos 400 investigadores… de manera que la trascendencia de una investigación, como por ejemplo, las investigaciones en melanoma son muy importantes en dermatología, o cáncer de colon, son muy importantes en el aparato digestivo… por tanto hay mucho impacto.

Pero la trascendencia más importante está en las investigaciones en cáncer, en enfermedades crónicas como la diabetes, enfermedad inflamatoria intestinal y cirrosis.

 

¿A qué se dedica actualmente?

A ser director de la ‘Fundación Europea para el Estudio de la Cirrosis’ que trata de promover la investigación en cirrosis en Europa y esta investigación se realiza en distintos centros, entre ellos, el hospital Clínico y el Centro Esther Koplowitz.

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