Verónica Nehama Masri comparte su viaje con la Fundación Esther Koplowitz

Feb 24, 2025 | Actividades en nuestra residencia, Entrevistas

En la Fundación Esther Koplowitz, dentro del ciclo de conferencias “Los Viernes de la Residencia”, tuvimos el honor de recibir a Verónica Nehama Masri, una mujer cuya vida ha sido un mosaico de culturas y experiencias, que nos presentó su libro «Las turquesas mágicas». Su historia, desde su nacimiento en Alejandría hasta su arraigo en España, es un testimonio de resiliencia y adaptación.

UNA HISTORIA MARCADA POR LA ESPERANZA

Verónica Nehama Masri compartió con nosotros cómo la guerra del Canal de Suez marcó el inicio de la expulsión de judíos de países árabes, obligando a su familia a buscar un nuevo hogar en Venezuela, luego a España. Sus libros son un homenaje a sus padres y un legado para sus descendientes. La Fundación Esther Koplowitz se siente honrada de ser un espacio donde historias como la de Verónica pueden ser compartidas, ofreciendo consuelo y conexión a quienes más lo necesitan. Nos inspiran profundamente personas que, como Verónica, han transformado el dolor en semillas de esperanza.

«Quisieron enterrarnos, pero no sabían que éramos semillas»

Verónica Nehama Masri

ENTREVISTA A VERÓNICA NEHAMA MASRI

¿Le importaría presentarse y decirnos a qué se dedica?

Me llamo Verónica Nehama Masri. En realidad, mi nombre original era Vera, pero cuando llegué aquí a España no me lo aceptaron como nombre, sino como diminutivo y por eso me conocen ahora más como Verónica Nehama Masri. Nehama es un nombre hebreo que significa consuelo y Masri significa el egipcio.

¿Puede contarnos cómo ha sido su vida hasta hoy en día?

Yo nací en Alejandría, en Egipto, en una familia judía y la mayoría de mis estudios la hice en colegios católicos, entonces me considero una persona multicultural, porque mis circunstancias vitales me permitieron serlo.
En el año 1957, la guerra del Sinaí, la guerra del canal de Suez marcó el inicio de la expulsión de los judíos de todos los países árabes y por supuesto mi familia fue expulsada de Egipto, aunque nosotros afortunadamente teníamos un pasaporte español heredado de mi bisabuelo, a quien se lo había otorgado Miguel Primo de Rivera en 1924 y gracias a ese pasaporte, aunque fuimos echados como todos los demás, no éramos unos apátridas.
Después de salir de Alejandría en enero del 57 acabamos en un pueblecito italiano en Varena, donde sólo podíamos quedarnos en tránsito. Desde allí fuimos a Venezuela porque Europa no quería más emigrantes y menos judíos, vivimos en Caracas 9 años y, en el momento en que aquello se empezaba a estropear un poco la política, mi padre que era una persona muy herida, pero que en nuestra familia nadie sabía el origen de sus traumas decidió volver, cerrar el círculo de su diáspora personal y volver a España. Llegamos a Madrid en el año 1965, yo hice estudios de ciencias químicas en la Complutense y conocí a mi marido en la universidad y fundamos una familia, tengo tres hijas y cinco nietos y creo que hoy estoy muy enraizada, muy agradecida a España.

¿Cómo es el proceso de escribir un libro?

Escribir es una actividad que iniciaron muchos judíos cuando descubrieron su historia, porque como los grandes dolores son mudos según Séneca, la gente no contaba sus historias, porque mucha gente además al principio mostraba incredulidad y mucha gente de mi generación sin ser escritores ni haber escrito nunca empezaron a escribir. Mi escritura fue como muy desordenada, empecé por la historia que me había contado mi tía y luego recordé la mía propia y al final pues pude poner orden en todo eso y cuando terminé ese libro que yo necesito una motivación muy fuerte para escribir, esa fue la primera, un homenaje a mis padres y un testimonio para mis descendientes, el segundo libro lo escribí cuando falleció mi marido, porque era también un homenaje a él y un testimonio de haber podido sanar esas heridas con una frase que descubrí que decía, «quisieron enterrarnos pero no sabían que éramos semillas».

¿Qué le inspiró a dedicarse a la escritura?

¿De dónde me inspiré para escribir? Primero he de decir que empecé a escribir el libro en francés porque es mi lengua materna y yo pensé que era realmente la lengua en la que me desenvolvía mejor. Pero después me di cuenta de que mi lengua de vida es el español y empecé a escribir en español porque tenía como más fluidez. He sido siempre una lectora muy voraz, he leído de forma un poco indiscriminada y descubrí una autora como Irene Nemirovsky, una judía renegada que odiaba sus raíces, pero ella murió en Auschwitz a pesar de todo lo que hizo para luchar contra ese judaísmo impuesto que ella no quería y yo tuve la suerte de poder recuperarlo, a pesar y quizás por haberme casado con un español católico que fue muy generoso y que quiso que nuestra familia fuera multicultural.

¿Qué importancia tiene la literatura en la sociedad actual?

Tristemente la literatura, aunque hay un cierto movimiento de retorno, pero es mucho menos enganchante que los scrolls que haces con un móvil donde una historia se enlaza con la otra. Indudablemente lo visual es muchísimo más tentador que esas imágenes que se desarrollan una detrás de otra, es mucho menos árido que unas letras escritas en una hoja. La gente de mi generación le gusta tener un libro en la mano ojearlo, ese olor, ese ruido, o sea, porque es un poco implica todos los sentidos, es mucho más activo. Cuando tú estás viendo una película de esas series que van una de un capítulo detrás de otro, al final es es como un un ejercicio muy pasivo. Pero nos estamos volviendo cada vez más vagos quizás y entonces se elige lo visual en imágenes antes que lo visual en escrito. Yo voto por los libros, aunque ahora que me está fallando un poco más la vista utilizo muchas veces el iPad para leerlo, tengo que reconocerlo, me bajo los libros o el ebook. Pero como un libro en la mano… A veces yo les decía a mis alumnos, «si te mandaran a una isla desierta, ¿qué te llevarías?» Lo primero era el móvil. Yo decía, «pero es que no hay enchufes», el único compañero de ocio que te podrías llevar es un libro, pero no se les ocurre, me da mucha pena.

¿Qué le ha parecido su participación en las actividades organizadas por la Fundación Esther Koplowitz?

En último lugar quiero decir que estoy muy agradecida de haber tenido la oportunidad de entrar en una sala donde la gente estaba sentada en sillas de ruedas, pero tenían todos una cara de atención, de curiosidad, de felicidad. Y luego el cariño que me demostraron con sus aplausos, con sus preguntas, con esos apretones de mano,… Me voy muy emocionada, muy agradecida, muy satisfecha. Es una experiencia que espero repetir, espero que me vuelvan a invitar para explicarles el segundo libro o cualquier cosa que deseen y el día de mañana, aunque ya soy mayor, pero cuando sea un poco más viejecita, es el típico sitio donde me encantaría terminar mis días, o sea, es que en vez de ser una carga para mi familia, me gustaría poder disfrutar de la compañía de personas como las que he visto hoy y de una institución tan maravillosamente llevada como esta. Muchas gracias por invitarme.

¿Cómo valora la aportación de la Fundación Esther Koplowitz a la sociedad?

Para mí la Fundación Esther Koplowitz hoy ha sido un auténtico descubrimiento, creo que la gente debería conocerla más porque cuando se tiene una obra social de esta envergadura que aporta tanto a gente que está muy sola y que necesita la compañía de personas que están en su misma condición. Porque muchas veces las personas ancianas viven solas en sus casas o incluso las que viven con su familia tienen esa carencia de estar con gente que tiene las mismas posibilidades, las mismas limitaciones, las mismas oportunidades. Me parece maravilloso que una fundación como la Fundación Esther Koplowitz aporte esa dimensión humana, social, afectiva, … el cariño de todo el personal que he visto todo el mundo sonreía las enfermeras también asistieron, el personal asistió también a la conferencia, estaba pendiente de cada una de las personas como si cada una fuera la única que hubiese en el mundo. Creo que es algo absolutamente admirable e insisto, espero poder volver.

Verónica Nehama Masri
Verónica Nehama Masri

Últimas publicaciones

Categorías

Actividades en nuestras residencias
Avances científicos
Nuestra fundadora
Entrevistas
Conferencias y Exposiciones
Otros