testimonios
Historias
Alfredo Boullón García
Director Residencia Nuestra Casa, Madrid
Desde el año 2009 que me incorporé al grupo Adavir, la empresa que gestiona esta Residencia desde su inauguración.
Las instalaciones se inauguran el 21 de noviembre de 2001. En esa fecha empieza a funcionar y a entrar usuarios a la misma.
Como consecuencia del envejecimiento de las poblaciones, se está produciendo cambios en las pautas familiares que pueden acrecentar el riesgo de soledad de muchas personas mayores. Si consideramos también el continuo aumento de la esperanza de vida, las exigencias de atención a nuestros mayores son cada día más grandes e importantes.
Las instituciones públicas han aumentado su ámbito de acción en políticas sociales de una forma importante pero al ser tan grandes las necesidades, se abre una puerta a las acciones filantrópicas, como en este caso es la actividad de la Fundación Esther Koplowitz en la creación de residencias para atender las necesidades de nuestros mayores.
Partiendo de esta filosofía de atender a los mayores, la Fundación Esther Koplowitz llegó a un acuerdo con la Comunidad de Madrid para construir y equipar una residencia en un terreno propiedad de la Comunidad de Madrid y donarla después a la antigua Consejería de Salud, que procedería incluirla en su red de servicio público.
La residencia se encuentra ubicada en la Sierra de Madrid, un espacio singular por su clima benigno, un entorno muy agradable y unas estupendas vistas de la Sierra madrileña.
El proyecto se realizó bajo la idea de conseguir una atmosfera agradable para nuestros mayores, con espacios abiertos, luminosos y amables. La idea era crear zonas que pudiesen generar energía positiva y tranquilidad.
Buscar siempre el lado positivo realmente se ha logrado por su visitas, el cuidado y la estética que se ha aplicado a todo el edifico, que realmente no hace pensar que estamos en una residencia, sino en un verdadero lugar de retiro y descanso.
La idea del nombre se creó desde el inicio con el diseño de esta residencia y el objetivo que se perseguía era que los usuarios pudiesen sentirse de verdad en su casa. Este objetivo se está consiguiendo en gran medida.
Creo que la principal diferencia es la tipología de usuarios de la residencia, que son fundamentalmente personas con graves enfermedades y con menos recursos dentro de la sociedad. También se valora la situación familiar que se encuentran, a nivel de soledad y atención.
Debido a la tipología de usuarios, se busca crear unos espacios abiertos, luminosos alegres, con una atmosfera cálida, amistosa y amable, buscando la positividad en todo momento. Se intenta que se sientan en su hogar.
¿Cuántas personas trabajan en la residencia?
Trabajan alrededor de 100 personas de distintas categorías profesionales.
En realidad funciona como una gran familia. Se articulan las actividades de la vida cotidiana en función de las necesidades fundamentales de los usuarios, atendiendo a una organización de su alimentación, higiene, cuidados médicos y sin olvidar la parte técnica que les permite mantener sus actividades diarias de la vida cotidiana.
También fomentamos las actividades lúdicas que favorecen su desarrollo emocional.
Intentamos que se parezca a lo que era en su hogar, manteniendo los horarios de comidas, proponiéndoles actividades y tratamientos en las distintas áreas que disponemos: psicológica, terapia ocupacional y fisioterapia. No nos olvidamos de la parte lúdica que también la trabajamos con nuestra animadora socio-cultural, con multitud de actividades y excursiones.
Nuestro equipo técnico siempre está tratando de atraer a actividades, aplicando siempre un trato cercano y familiar para que sientan integrados, como en una gran familia.
¿Cómo valora la aportación de la Fundación Esther Koplowitz a este proyecto?
La aportación de la Fundación Esther Koplowitz ha sido fundamental, ya que además de crear estas magníficas instalaciones, ha seguido cuidando a nuestros mayores mediante su comisión de seguimiento del centro, velando por su bienestar y siempre ha tenido un detalle para ellos para que no se sientan solos. Es una labor encomiable.
La capacidad máxima es de 140 usuarios (100 en habitación individual y 40 en habitación doble) y 45 de Centro de Día. No obstante, estamos llegando a 50 personas en total en centro de día, ya que vienen dos o tres días a la semana.
Las personas de Centro de Día las recogemos en su casa por la mañana (entre las 8:00 y 9:30 de la mañana) y las dejamos en su domicilio alrededor de las 19:00 horas, de lunes a viernes.
Fundamentalmente las actividades encuadradas dentro de los cronogramas de actuación de los equipos técnicos, dependiendo cada usuario de sus necesidades y las áreas de mejora que se precisen.
Los voluntarios de FCC han sido un grupo muy importante siempre dentro de la residencia. Se han preocupado por nuestros mayores, prestándoles apoyo en todo lo que necesitaban, pero fundamentalmente en algo que es difícil de dar: compañía y cariño.
Es difícil destacar algo, pero si había que decidirse, yo diría que por los ‘Viernes de la Residencia’. Es una ventana al exterior que les abren cada viernes y que les hace sentirse más felices y contentos.
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